Estamos aquí para mucho más de lo que pensamos.
Estamos aquí para cocrear.
Para empezar somos los únicos animales que conocemos que no sólo estamos aquí para sentir o explorar o reaccionar. Podemos además de todo eso, comunicarnos, generar pensamientos, compartirlos pero sobre todo transformar el entorno. Todo es fractal, así como el universo se crea, así como la naturaleza está en constante evolución, está constantemente creándose y transformándose a si misma, nosotros, siendo parte de esa naturaleza, también nos podemos transformar a nosotros mismos.
Empezando por nuestros cuerpos, están natural y automáticamente en constante cambio, adaptación y transformación dependiendo la interacción con el entorno, pero también podemos de manera consciente transformarlos, engordarlos, enflacarlos, mutilarlos, pintarlos, perforarlos, cortarlos, tenemos una libertad individual de hacer con estas herramientas transportadoras de consciencia lo que queramos.
Somos además nuestra propia herramienta pues con nuestras manos podemos transformar, dar forma, agregar o quitar materiales no de una forma aleatoria sino a través de nuestras ideas. De ideas que además podemos compartir con otras consciencias como la nuestra.
Somos la naturaleza creando nuevas formas.
Cocinar es un ejemplo clarísimo: tomamos ingredientes que existen en la naturaleza y los combinamos para experimentarlos de maneras más interesantes, para darnos placer, gusto, y al mismo tiempo hacemos esos ingredientes parte de nosotros. Venimos del mismo origen, pero a diferencia de otros animales nosotros podemos transformarlos antes de convertirlos en parte de nosotros y así aumentar, mejorar la experiencia.
Tenemos quizás entonces la obligación de transformar para bien, para elevar el espíritu o de menos para ayudarnos a experimentar el mundo de nuevas maneras. No hay excusa para estar aburridos en esta vida, ya que podemos todo el tiempo transformar nuestro entorno para hacerlo más interesante. Para que nuestra experiencia de estar vivos sea más interesante. Si elegimos hacer otras cosas es por falta de creatividad o por las limitaciones que nos hemos puesto.
Es a mi parecer un llamado, una directriz, que nos dediquemos en esta vida a explorar el mundo y a transformarlo para volverlo más interesante, más bello, a quizás limpiar un poco el cagadero que han dejado las generaciones anteriores que no entendieron esto. Aquellos que sólo tomaron y desecharon, en lugar de transformar para mejorar, para hacerlo todo aún más interesante.
Finalmente está la parte de procrear (no solo cocrear), lo cual requiere justamente la unión de dos personas y requiere al menos a esas dos para que exploren y creen juntos ese pequeño universo llamado familia, ese pequeño fractal del que emergen tantos otros fractales de exploración. Siempre podremos seguir explorando de manera individual nuestro universo personal del cuerpo, luego, el universo de lugares y experiencias, así como el universo de otros cuerpos. En algún momento sin embargo, vale la pena explorar los cuerpos y los lugares junto con otra u otras consciencias. Si se logra hacer un equipo es mucho más fácil e interesante la cocreación, y obvio la procreación.
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